Muerte Intrauterina

MUERTE INTRAUTERINA: Un herida para la sociedad

Mayor riesgo para las familias más pobres

En todos los países, el riesgo de muerte intrauterina es mayor para la población marginal. Las desventajas sociales están asociadas con duplicar el riesgo de muerte intrauterina en países con rendimientos altos; el efecto es mayor en países con rendimientos medios y bajos. Esta disparidad refleja desequilibrios estructurales, incluyendo el racismo y un desequilibrio sistemático de oportunidades. Un correcto enfoque de los cuidados de salud universales debe incluir a las mujeres más pobres y sus familias y a sus bebés.

 

 

 

ESTIGMA, TABÚ Y FANATISMO DEBEN SER RETADOS

La muerte intrauterina sigue oculta a la sociedad. El duelo desautorizado es común, por lo que el duelo de los padres tras la muerte de su bebé no está legitimado o aceptado por los profesionales sanitarios, sus familias o la sociedad. En un estudio llevado a cabo para realizar este reporte, alrededor de la mitad de los 3.503 padres en duelo sentían que su comunidad creía que los padres “deben olvidarse de su bebé muerto y tener otro”. Muchos padres suprimen su duelo en público. Las mujeres cuyos bebés murieron se sienten especialmente estigmatizadas, socialmente aisladas e infravaloradas y, en algunos casos, sujetas a violencia y abusos. El estigma y el tabú agrava el trauma para las familias y el fatalismo coarta el progreso en la prevención de la muerte intrauterina. Estas ideas dañinas y erróneas deben enfrentarse mediante la concienciación y la educación liderada por organizaciones de profesionales dentro de las comunidades y de la sociedad. Las organizaciones de padres junto a los profesionales sanitarios proveen mecanismos efectivos para reconducir el estigma y el fatalismo sobre la muerte intrauterina.

REDUCIR LAS MUERTES INTRAUTERINAS

En la serie de artículos de la revista británica LANCET dedicados a este tema ha destacado que hay que hacer más para integrar la prevención de la muerte intrauterina en las agendas de todo el mundo y nacionales con el fin de lograr unos cuidados de calidad para las mujeres, las adolescentes y los bebés… acabar con las muertes intrauterinas prevenibles en el contexto de unos cuidados de salud integrales. La implementación de los Objetivos para un Desarrollo Sostenible y de la Estrategia Global de Salud Maternal, Infantil y Adolescente se verán amplificados mediante el reconocimiento, la incorporación y la enumeración de las muertes intrauterinas. La comunidad sanitaria mundial, los líderes de los países y las mujeres y hombres como individuos deben reconocer la muerte intrauterina y que sus consecuencias son esencialmente prevenibles si colaboran con mayor efectividad y proclaman sus necesidades colectivas para romper el silencio y reducir el estigma y el tabú. (y realizar una) Implementación integrada para obtener mayor efecto. La prevención de la muerte intrauterina y su respuesta no pueden ser un tema individualizado y requiere un enfoque integrado. Obviar la muerte intrauterina en las agendas minimiza y esconde el potencial de los programas de salud para mujeres y niños. Los análisis sobre las necesidades para reconducir la salud materno-infantil y la supervivencia demuestran la importancia de un enfoque integrado dentro del marco de trabajo de los cuidados continuados de calidad. A su vez, las intervenciones basadas en evidencias tienen grandes efectos (por ejemplo, el tratamiento de la sífilis durante el embarazo podría prevenir más de 7.7% de las muertes intrauterinas, más de 200.000), aunque su efecto se nota menos en muertes neonatales; la monitorización del latido cardíaco fetal y el control durante el parto son cruciales para prevenir 1,3 millones de muerte intrauterinas durante el parto además de reducir las muertes neonatales. No contabilizar las muertes intrauterinas podría ser una de las razones por las que estas dos intervenciones no han recibido toda la atención que se merecen. El análisis de la Herramienta de Vidas Salvadas (conocida como LiST por sus siglas en inglés) demostró que aumentar las intervenciones probadas durante el embarazo y el parto en los países con una tasa superior al 75% podrían prevenir 823.000 muertes intrauterinas, 1.145.000.

*Información extraída de una serie de cinco artículos de la revista británica LANCET.

LANZAN CAMPAÑA INTERNACIONAL CON NOVEDOSOS DATOS SOBRE MUERTES GESTACIONALES

La serie The Ending Presentable Stillbirth, desarrollada por 216 expertos de más de 100 organizaciones en 43 países, fue lanzada a principios de 2016 a través de la revista médica británica The Lancet. De acuerdo con esta ambiciosa investigación, más de 2.6 millones de muertes gestacionales ocurren cada año a nivel mundial, haciendo evidente el lento progreso para atacar este “problema silencioso”. “Hay un lento progreso en la prevención de las muertes gestacionales, lo que deja a las madres y padres de 2.6 millones de bebés sufriendo en silencio cada día”. Las muertes maternales e infantiles se han reducido a la mitad, mientras que las muertes gestacionales permanecen como una epidemia global poco atendida, refiere el documento. Agrega que la tasa anual de reducción de muertes gestacionales es 2.0%, mucho más lento que el progreso hecho por muertes maternales (3.0%) y muertes infantiles (4.5%). También revela las consecuencias ocultas de las muertes gestacionales,con más de 4.2 millones de mujeres viviendo con síntomas de depresión, a menudo por años, sumado a la pérdida económica para las familias y naciones. The Lancet también realiza los poco apreciados impactos, psicológicos, económicos y sociales de las muertes gestacionales en los padres, las familias, los cuidadores y los países. Nuevas estimaciones sugieren que al menos 4.2 millones de mujeres alrededor del mundo viven con síntomas de depresión debido a la muerte gestacional, sufriendo angustia psicológica, estigma social y aislamiento, así como el incremento en el riesgo de ruptura familiar e incluso abuso y violencia. El impacto económico de las muertes gestacionales abarca desde los gastos funerarios para su bebé hasta la pérdida de ganancias debido al tiempo que pasan fuera del trabajo, con datos sugiriendo que 10% de los padres dolientes permanecen fuera del trabajo por seis meses. El costo financiero directo del cuidado de las muertes gestacionales es de 10% a 70%, mayor que el de un bebé nacido vivo, con costos adicionales para gobiernos debido a la baja productividad de los padres dolientes y elevados costos de bienestar. Mientras que en la actualidad existe una inversión significativa en cuidados e investigación para bebés después del nacimiento, la investigación llama a enfocarse más en el bebé antes de nacer, con un incremento en el financiamiento que refleja el nivel de 2.6 millones de muertes al año. Ellos argumentan que cuidados de calidad alta durante el embarazo y el parto daría previniendo muertes gestacionales lugar a un regreso cuádruple de la inversión al salvar las vidas de las madres y los recién nacidos, previniendo muertes gestacionales y también mejorando el desarrollo del niño.

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